Año tras año, la campaña publicitaria navideña comienza antes, casi con más de un mes de antelación a la llegada de las fiestas navideñas. La verdadera intencion es animar y crear  un modelo de consumo basado en el despilfarro de recursos y la creciente producción de residuos, pero nos sentimos encandilados y encantados con la iluminación navideña, que nos anima a gastar y a consumir, como si no hubiera un mañana, hasta que llega la cuesta de enero claro, pero que nos quiten lo bailao. Somos así por naturaleza.  El Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, se ha gastado este año 3,5 millones de euros en la iluminación navideña.

Como todos los años hacemos el recorrido por los lugares mas emblemáticos de Madrid, para plasmar el alumbrado navideño de sus calles y plazas.