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CRÓNICA DEL VERANO EN  ARRABALDE

AÑO 2012

Un verano largo y caluroso, pero buen verano al fin y al cabo, a pesar de la crisis y ese tal riesgo con su prima. 

Los pueblos de la comarca duplican su población al regresar los emigrantes que el resto del año trabajan o viven en ciudades más grandes, además, la situación económica actual invita más que nunca a no realizar gastos exagerados en viajes al extranjero o a playas lejanas, por lo que quedarse en el pueblo sigue siendo una opción más que aceptable para un gran número de familias.

Aunque los veraneantes que este año han preferido pasar sus vacaciones en el pueblo, la mayor parte son gente de la propia localidad que en su día se marcharon a otro lugar a trabajar, incluso al extranjero, pero que mantienen lazos familiares con los pueblos.

Este verano el pueblo se  ha transformado y se multiplicado el número de habitantes y cuando llegan las fiestas ya es el desmadre. Juegos, campeonatos, verbenas, el tintorro de verano, las bodegas, disfrutando de la compañía de otros, sobre todo con los vecinos que llegan.

Es normal que aumente la afluencia y vitalidad en los pueblos coincidiendo con las fiestas que se celebran en la mayoría de ellos, lo que genera  algún que otro problema de ruidos y de aumento de los residuos urbanos, así como de la demanda de otros servicios municipales y sanitarios.

Nada de tele, ni de video consola, ni siquiera Internet, tuenti o facebook, lo aparcas todo y te tiras a la bartola, y si hay que gastar en los bares, se gasta, ya ajustaremos en Septiembre, aunque  llegue el atraco del cole y los libreros.

En el pueblo nos llena el pasear, sentarse al fresco y charlar, si, charlar de todo con unos y con otros y si podemos sacar a relucir algún pecadillo oculto de los demás lo hacemos encantados, dentro de una charla amena, cotidiana y que no deja de ser natural.

Pero lo apoteósico llega cuando se celebran las fiestas, entonces tenemos muchos y alegres eventos (aunque  algunos lo aborrecen) un desmadre de juerga, bailoteo, alcohol y trasnocheo. Y no hay crisis que nos desmoralice. Esos días estamos condenados a divertirnos.

Poco hay que resaltar, pero si, la simpatía y sociabilidad de la gente, sus tertulias en los corros, los momentos de ocio y esparcimiento, (piscina, partida de cartas, y paseos por la vega), l@s adolescentes con su dinamismo, alegría y bullicio que nunca se cansan.

No faltaron los cotilleos cotidianos, murmuraciones y chismes varios, todo normal entre las gentes del pueblo.

Si bien es cierto que la afluencia de veraneantes en los meses de Julio y Agosto ha sido menor que otros años, también es cierto que la semana  de Agosto en la que se celebraron las fiestas, ha sido bastante mayor que otros, con muchas caras nuevas y una galopante juventud que es la protagonista de la vida en los pueblos a lo largo de estos meses.

Muy animadas las fiestas de este año, con tres orquestas musicales entre las que cabe destacar la de “La última Legión”, si bien la música iba destinada a los jóvenes. El Grupo “Radar” también gustó tanto a mayores como a jóvenes y por fin la orquesta “Quinta Avenida” que fue del agrado de la gente mayor del pueblo, y no solo por la música mas acorde con los tiempos pasados, sino porque el comienzo de la función se realizó a una hora a gusto de todos y termino a una hora adecuada, que muchos vecinos agradecieron para lograr descansar. La pena es que los días anteriores no se respetase el mismo horario.

Yo entiendo que aunque solo sean 4 días, las 5 de la mañana es una hora adecuada para echar el cierre y dejar que los vecinos descansen.

El número de bares se queda pequeño para esta semana de Agosto ya que no tienen aforo para cubrir la demanda de personal y consumiciones a las horas punta y se hace imposible el lograr que te sirvan una caña o bien debes esperar un mínimo de una hora. Se hecha mucho de menos el disco bar de Alfredo.

Y es una pena porque los bares ofrecen y sirven una rica y variada clase de tapas y pinchos, que son del gusto de todos, aunque bien es cierto que cuando ya van a dar las 3 de la tarde y se va haciendo la hora de celebrar una buena comida de fiesta, apenas tienes apetito, lleno como estas de tapas, pinchos y bebidas.

En cuanto al evento más esperado y de mayor agrado “el concurso y desfile de carrozas”, no defraudó y hubo para todos los gustos.

Si bien hubo cierta polémica, entre los que opinaban que habría que limitar el número de carrozas o exigir unas bases mínimas para concursar. Me explico:

Parece ser que año tras año se premia a aquellas carrozas en las que no interviene el esfuerzo y la inventiva de la gente  del pueblo, ya que alguna de ellas (las carrozas), han sido organizadas, diseñadas y montadas por profesionales de empresas  ajenas al pueblo, que se dedican al tema.

Unos opinan que se debe premiar la inventiva, el ingenio y esfuerzo de los jóvenes y gentes del pueblo, sin que concurran aquellas profesionales ajenas al mismo y otros dicen que hay que dar libertad a la libre competencia, venga de donde venga. Claro que en este caso ya no serían las carrozas de Arrabalde, sino de lugares desconocidos.

La otra polémica en relación con las carrozas surgió, cuando el nº de ellas desbordó un poco las expectativas, en busca del ansiado premio de consolación, por el mero hecho de participar, ya que de seguir así el próximo año tendremos  el doble de las de este año con lo que será un caos.

Yo soy de los que opino que debe premiarse a las tres primeras exclusivamente a fin de mejorar el nivel, pues de lo contrario, cualquiera puede llevar una simple alpaca en un remolque y llevarse los 50 euros.

Pero como todo, inevitablemente tiene un principio y un fin, las añoradas vacaciones han llegado a su término por este año y toca el regreso de los veraneantes a sus lugares de procedencia y llega para el pueblo la notada ausencia de los que se van, el bullicio de los niños, el encanto de esa juventud que llena de vida a los pueblos durante esta época del año y retorna de nuevo al pueblo, esa armonía y tranquilidad serena, a veces con una soledad pasmosa, que nos recuerda aquella rima de Gustavo A. Bécquer:

No sé, pero hay algo que explicar no puedo
algo que duele y sin querer rechazo, 
aunque es fuerza hacerlo
al dejar tan tristes, 
tan solos.... los pueblos.

Del mismo modo los que nos vamos, sentimos el vacío de los que dejamos al no compartir tantos buenos momentos, alegres, animados y divertidos, la piscina, los paseos por el polideportivo, por la vega, los juegos con nuestros amigos y amigas, las charlas en las terrazas del bar, etc., etc.. y como no, las magníficas fiestas de agosto.

!Hasta el próximo verano!!

 Madrid, Septiembre 2012