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ANTE LA INJUSTICIA, LA PROTESTA. Porque hay momentos en los que
callar se vuelve una culpa y hablar se vuelve un deber, un deber ciudadano,
un desafío moral, un imperativo del que no es posible escapar, a expensas de
que te hagas cómplice de hechos y situaciones, que son contrarios a derecho,
justicia y moral. No tengo afiliación política alguna, por eso expreso mi
opinión ante lo que considero injusto, amoral y contrario a derecho.
2025
Últimos Post Diciembre y Balance anual del 2024
Una
democracia devaluada.
Ya lo
decía Platón el gran filósofo de Atenas, en sus diatribas sobre la
República. Alegó en su libro VI de la "República" que la democracia es
uno de los mejores regimenes políticos como forma de gobierno, pero
tiene muchas imperfecciones. Siendo la Democracia el sistema que define
el gobierno del pueblo para el pueblo, hoy día se ha pervertido y
va sin rumbo al igual que un barco sin piloto. El sistema de elección
que debiera ser ejercido por los mejores, sabios, eruditos e
incorruptibles, se ha dejado en manos del pueblo incapaces de discernir
la mejor forma de gobernar. ¿Se imaginan un barco que va a la deriva,
que en vez de ser dirigido por los expertos, los oficiales y técnicos,
lo sea por los marineros y grumetes encargados de la limpieza y tareas
físicas del barco? Por este motivo Platón manifestaba que el gobierno
del pueblo tendría que ser elegido por los mejores, mas sabios y mejor
preparados, para formar una aristocracia que gobernará
desinteresadamente y sin afiliación política a ningún partido.
Nunca
podrá tener el mismo valor pragmático el voto del vulgo ignorante, que
el de un sabio, un erudito o un técnico de la política independiente de
las soflamas de cualquier partido. De ahí que Platón dijese que el
sistema de voto solo debían ejercerlo los mejor formados, los mas
inteligentes, los mas sabios y profesionales sin afiliación política
alguna. Dejarlo en manos del vulgo es devaluar el sistema democrático y
convertirlo en una farsa, sistema devaluado que aprovechan los poderosos
de turno para legitimar sus atropellos y abusos, corromper voluntades,
comprar y vender conciencias, delinquir confiando en la impunidad que le
da su poder e imponer su estatus social y económico ninguneando el
interés general, y convirtiendo las cámaras de representantes (Congreso
y Senado) en un esperpento político, cuando no una farsa.
De que nos sirven 350
Diputados en el Congreso o 266 Senadores en el Senado si no tienen
libertad de voto ni pueden votar en conciencia sus resoluciones? ¿De que
sirve que asistan a las sesiones del Congreso o Senado si se hace lo que
diga el Presidente?
Así nos encontramos
conque la democracia representativa ignora en la mayoría de los casos
los intereses del pueblo, pues a pesar de el Diputado o Senado que
represente las preocupaciones que afectan a los ciudadanos, solo cuenta
la voz de ordeno y mando del Jefe, convirtiéndose ambas cámaras en una
dictadura encubierta y gobernada por un autócrata al que nadie puede
contradecir si quiere seguir gozando de su poltrona o privilegios.
En
definitiva, la democracia como sistema representativo es idóneo cuando
los representantes son elegidos por los mejores del pueblo, como así
ocurría en el Senado de Roma. La decadencia llegó cuando se dió
participación al pueblo en la gobernanza del país.
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